A el
Cuando decidí hacerlo el estaba ahí sentado en la mesa de su casa su mirada estaba enfocada en una pantalla de televisión que pasaba imagines de hechos de alrededor del mundo, su rostro se veía cansado, los años no habían sido muy buenos compañeros, muchas veces había llorado, algunas veces de alegría y otras por tristezas,
Esas tristezas que hacen en este momento que su vida sea gris, esas tristezas que no dejan que sonría con tranquilidad y que vea las cosas maravillosas que tiene a su alrededor.
Desde niño trabajo de sol a sol, estuvo encargado de alimentar no solo a su familia sino también a muchos trabajadores que cumplían las labores de cultivar en la finca donde el vivió, aprendió a pelar papa y a hacer caldo, aprendió a hacer arroz y también a hacer sancocho, aprendió que en la vida solo existía una palabra: Trabajar
Un día a sus 8 años e intentando hacen un juguete para sus hermanos, el filo de un machete corto tres de sus dedos, las cicatrices las veo y me imagino el dolor que sintió en ese momento.
La violencia le quito muchas alegrías, acabo con la vida de su hermano y la adopción de una hermana y la casi muerte de su mama, acabo con sueños, con alegrías, acabo con las ilusiones que los niños tiene cuando están creciendo.
Como todo un héroe siguió adelante, el frió y la soledad fueron sus compañeros, al igual que el trago y el cigarrillo, caminaba por la vida sin rumbo y sin razón caminaba por que debía y mas no por que quería.
Ese día le di gracias a dios por haberme dado el padre que me dio y por tenerlo vivo.
que lindo que lo ames tanto!
Wao.....
Que belleza esas palabras....
Leí el comment que pusiste en mi publicación anterior a la última, y me alegró saber que el tiempo ha ido pasando y que de verdad, como lo has dicho, el dolor no dura una eternidad.
Un abrazo y nos estaremos leyendo
María Paula